# perdiendo.org/museodemetralla

entraron en mi cabeza (201) | libros (20) | me lo llevo puesto (7) | pelis (2) | Renta básica (9) | series (6) | escasez (2) | frikeando (94) | arduino (1) | autoreferencial (11) | bici (1) | esperanto (4) | eve online (3) | git (2) | GNU/linux (4) | markdown (7) | nexus7 (2) | python (7) | raspberry pi (3) | vim (1) | wordpress (1) | zatchtronics (3) | hago (751) | canciones (153) | borradores (7) | cover (42) | el extremo inútil de la escoba (2) | elec (1) | GRACO (2) | guitarlele (11) | ruiditos (11) | Solenoide (1) | fotos (37) | nanowrimo (3) | novela (26) | criaturas del pantano (5) | el año que no follamos (12) | huim (5) | rehab (4) | poemas (352) | Anclajes (15) | andando (3) | B.A.R (7) | Canción de cuna para un borracho (38) | Cercos vacíos (37) | Cien puentes en la cabeza (7) | Conejo azul (6) | Contenido del juego (5) | De tiendas (3) | del pantano (3) | Destrozos (2) | Epilogo (4) | Fuegos de artificio (5) | Imposible rescate (15) | Jugando a rojo (7) | Libro del desencuentro (2) | Lo que sé de Marte (11) | Los cuentos (21) | Montaje del juego (5) | Orden de salida (4) | palitos (31) | Piernas abiertas (7) | Poemas medianos (12) | Privado de sueño (7) | rasguemas (5) | Tanto para nada (17) | Todo a 100 (2) | Uno (4) | relatos (96) | anatemas (9) | orbital (2) | prompts (8) | vindicaciones (103) | perdiendo (1.686) | atranques (1) |

volver a tocar y eso

Bueno, y al fin el museo fue de alguna utilidad, yo tenía claro desde el 2003 que en algún momento eso se iba a producir… o no tan claro… o no tenía ni idea en absoluto. Guardadme celosamente el secreto, pero desde que Nano y Hare estuvieron tocando aquí el domingo pasado… y desde que estuve tocando en el All-In en la barra libre de paella y cerveza (jrande, enorme, jrande) y desde que me liaron para subir a un escenario en Torremocha hace una semana… tengo el gusanillo de tocar de nuevo. Novedad.

¿Por qué no, coño? Si al fin y al cabo tocar me sale mucho más natural que pajearme o engordar, si no me cuesta apenas esfuerzo… más que el de esa relación autodestructiva que guardo con mis propios agujeros mentales, esa relación que me hace estar un día en la cresta de la ola y otro en todo aquello que no es ni siquiera ola… pero eso son tontunas, zarandajas, estupideces: tocar me sale de dentro en cuanto me ponen una cervecica o alguien que me pida extremoduro delante. Si es chica dos puntos más. Si es visible tres puntos más. Si es preciosa el resultado de la ecuación tiende a infinito en todos sus vértices y vórtices, ordenadas y abscisas. Se dispara la gráfica mientras berreo en todas sus acepciones.

Y hoy quedé con Nano para tocar, e intentábamos volver a tocar las canciones clásicas, amos, las viejas de cojones, pero no nos acordábamos. Y entonces me acordé de este museo. Y nos pusimos a fozar. Y nos estuvimos echando unas risas pensando en besar jazmines meados, encontrando miradas en retinas ajenas, viendo gatos pardos por los tejados, luchando contra el desengaño de las hormigas, revoloteando con las ramas en flor, disfrazándonos de horas a veces, llorando como idiotas porque algo nos hizo acordarnos del 11M y, sobre todo, sintiéndonos jodidos por la levedad.

Menudas risas en lo de «cómo jode esta levedad», risas y visitas al baño a mear y al goyete del litro a reponer líquidos, que no es cuestión de deshidratarse de tanto mear. Hare está de cruzada furgonetera y colchonera de semana santa, absteniéndose de la carne que se digiere en el estómago, que no de la que se percibe por la boca, y por eso no ha podido estar. Pero hemos cuidado el fuerte poniendo rieles sobre los que asentar el tren de esos grandes éxitos que se producen sin éxitos previos. Quiero decir, un resumen de nuestras mejores canciones sin que esas canciones hayan sido grabadas en un disco antes. Pero claro, a ver quién de los que nos conocen no quiere volver a escuchar un hacha de guerra voladiza o esos versos que rezan (al aire) «quédate con mis días, con mis noches también, quédate con mi vida si no te vuelvo a ver»… a tres voces, dos guitarras, y un cajón plus congas plus djembe. Y si nadie quiere (lo cual es una fuerte posibilidad), de todos modos nos estamos riendo tanto y tan fuerte que los cimientos de nuestras vidas, construidos a base de cemento, jornadas de 40 horas semanales y sobredosis de estrés, se tambalean tanto que nos acordamos de y encajamos en esos tipos que quedaban por la tarde para tocar un rato, sin más preocupación que rezar para que no llueva o que ese pedazo de tipo que acompaña a esa chica no sea su novio ni nada de nada de nada y que, por favor, le guste tanto esta canción que me permita tocarla un rato y engatusarla lo suficiente como para que en ella la noche se transforme en día y besos y risas, en esa mañana prometedora que siempre nos estaba esperando.

Y que de repente, años después, nos vuelve a esperar al doblar la esquina mientras me despido de Nano con un abrazo, un nos vemos y un rosario de buenos momentos bajo el brazo.

Y cuando Nano se va me quedo a solas con esa esperanza a la que hace años no veía. Esa misma esperanza de antaño. «Me alegro de verte», le digo.

«Y yo de que por fin puedas verme».

Y cogidos de la mano nos pusimos a redactar esta entrada, con una botella de buen vino y un saco entero de ilusiones al lado, aún intacto pese al devastador efecto del paso de los años. El vino es mediocre, en realidad. Lo demás es cierto.

Y cantamos:

y entre tanto pienso…

que no sé cómo hacer
que todo vuelva a rodar,
cómo jode esta levedad,
cómo jode dormir sin tu voz… ni puta idea de

cómo coño hacer
que todo vuelva a rodar,
cómo jode esta levedad,
cómo jode dormir sin ti… no sé dónde estás.

(Han pasado siete años, mi voz sigue siendo mi voz, la esperanza ha vuelto y el saco de ilusiones nunca se ha movido de mi lado, y eso hace que la vida sea un lugar estupendo para ser visitado).

5 comentarios

  1. No lo siento con la intensidad de hace tiempo, las emociones se apaciguan con los años, pero releo esta entrada y creo que hoy sí es el momento. Con más calma, posiblemente con más necesidad. Ayúdame.

  2. He leído los dos últimos años del blog saltándome entradas sobre tecnología, que ni me van ni entiendo… El resto me sitúa en tu momento, al que espero llegar pronto, sin «duelar» tanto…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.