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modos de extinguirse

1.
Ansia de hambre,
hambre de nada,
nada de frío,
frío en las cuerdas,
cuerdas y vibro,
vibro en los dedos.

2.
Me decanto por todas las soledades
que he vivido en mí mismo,
por todas y cada una de las veces
que me he extinguido.

Ser de bruma, ser de altura,
ser de noche, de relato, de leyenda,
de cuento que me cuento cuando
el hielo, el sinsentido, la oscuridad,

cuando el mal, la hora, la insignificancia,
la amenaza omnipotente del olvido.

casi morir y no

los días deberían pasar en septiembre
como en cualquier otro mes,
pero noto el momento susurrante,
agazapado, dando lentos pasos sin hacer ruido

moviéndose en sigilo

como si, por algún motivo,
hubiera estado a punto hace un año de suceder algo
definitivo

y, ahora, el instinto del recuerdo
temiera de nuevo al depredador paciente
que acecha en cada sombra que se pliega,
en cada nudo, cada grieta de la herrumbre
que se cubre

dile

nos vamos a morir
en algún momento
y antes seremos irrelevantes
si no lo somos ya

y está bien

hay que hacer por entenderlo

no vamos a cambiar el mundo
no vamos a ser la revolución
nadie dirá de nosotros que fuimos unos genios
y, si te lo preguntas bien,
si miras a fondo más allá del impulso vital

¿para qué querrías eso?

desde la perspectiva del muerto,
¿qué importa que hablen de ti o dejen de hacerlo?
es el vivo el que grita, el que llora,
el que se siente vacío

pero ese ya no estará cerca
cuando termine pasando lo que teme,
así que ignoralé,
no sabe de lo que habla —literalmente.