# perdiendo.org/museodemetralla

entraron en mi cabeza (201) | libros (20) | me lo llevo puesto (7) | pelis (2) | Renta básica (9) | series (6) | escasez (2) | frikeando (94) | arduino (1) | autoreferencial (11) | bici (1) | esperanto (4) | eve online (3) | git (2) | GNU/linux (4) | markdown (7) | nexus7 (2) | python (7) | raspberry pi (3) | vim (1) | wordpress (1) | zatchtronics (3) | hago (751) | canciones (153) | borradores (7) | cover (42) | el extremo inútil de la escoba (2) | elec (1) | GRACO (2) | guitarlele (11) | ruiditos (11) | Solenoide (1) | fotos (37) | nanowrimo (3) | novela (26) | criaturas del pantano (5) | el año que no follamos (12) | huim (5) | rehab (4) | poemas (352) | Anclajes (15) | andando (3) | B.A.R (7) | Canción de cuna para un borracho (38) | Cercos vacíos (37) | Cien puentes en la cabeza (7) | Conejo azul (6) | Contenido del juego (5) | De tiendas (3) | del pantano (3) | Destrozos (2) | Epilogo (4) | Fuegos de artificio (5) | Imposible rescate (15) | Jugando a rojo (7) | Libro del desencuentro (2) | Lo que sé de Marte (11) | Los cuentos (21) | Montaje del juego (5) | Orden de salida (4) | palitos (31) | Piernas abiertas (7) | Poemas medianos (12) | Privado de sueño (7) | rasguemas (5) | Tanto para nada (17) | Todo a 100 (2) | Uno (4) | relatos (96) | anatemas (9) | orbital (2) | prompts (8) | vindicaciones (103) | perdiendo (1.685) | atranques (1) |

mañanas

A lo largo de los años aprendes
que una larga ducha de agua caliente
y un par de giros complicados con el coche
es todo lo que necesitas para empezar el día.

Meterte en la rutina
de tu vida miserable
es sencillo,
lo complicado es levantarte
de esa mierda,
dejar tu cuerpo atado a la silla
mientras tu cabeza aletea
y se va lejos,
se larga viva.

Para eso la ducha y el coche ayudan,
te dan la distancia suficiente
para no tener que mirar
atrás cada cinco minutos

para no verte una y otra vez
intentando tirar de la cisterna
mientras la cosa
da vueltas en una espiral
de agua
que no tiene la fuerza
suficiente
como para tragársela.

Así que, al final, bueno, qué más da.
Tú me mantienes aquí y yo me esfuerzo en mantenerme
en
cualquier
otra
parte.

Llevamos desde siempre con el mismo pulso
y no parece que,
a estas alturas,
nadie esté ya realmente
intentando ganarlo.

Preocupado

Recuerdo cuando estaba siempre preocupado.

Las cosas importan en la medida en que son.
Lo difícil es saber hasta dónde son.
Hasta donde están.

Tenía un ojo en alguna parte
mientras un idiota me preguntaba en el bus
dónde estaba su casa. No creo posible
comprender, en realidad,
donde existe cada mierda que me voy encontrando por ahí.

Yo no soy mucho mejor, pero a mí me tengo el suficiente cariño.

La luz que dejó de sonar hizo un hueco
de cristales rotos en el silencio de seguir siendo
y me vi, de pronto,

como un caracol en el abismo de su concha,
como un silencio en un aullido,
como viento en una cabina o corazones en un suspiro.

Después de tanto tiempo me volví a llamar
y fui yo quien respondió al otro lado
con voz nerviosa.

Sobre el tiempo

Dentro del tiempo, y dentro del mar,
y dentro del tiempo que aún nos queda por estar.

Me gustaría estar en medio de ninguna parte, buscando abrigo.

Pero no tenía nada mejor que hacer que seguir pensando.

Tenía las horas contadas, en calderilla, sobre la mesa.

Me senté a dormir.

El mundo estaba tranquilo mientras la colección de horas chorreaba tiempo.

Eso era bueno.

No me preocupó nada más, de momento.