A veces me siento demasiado cuerdo. No como mérito, sino como infierno. A veces me gustaría estar loco, en el sentido de vivir en un mundo propio inventado en vez de en este. Estoy hartísimo. Del curro, de las imbecilidades que tengo que hacer allí. De no tener el dinero suficiente para tener un futuro. De no tener opciones. De, en el mejor de los casos, tener que seguir allí di e ci si e te a ños más. De tanto tiempo perdido. De las ganas de tomarme unas cervezas como salida a tanta desesperación, tanto agujero, tanta mierda. Después está además la situación política, los engaños, el egoísmo al que les conducen, lo que la gente traga por todo lo que quiere tragar y por todo el miedo que tienen. La esperanza es un puto virus, por ella y la concepción del mal menor mucha gente termina acuchillada en el fondo del pozo. Me gustaría tanto dejar de ver todo esto que no puedo ni explicarlo correctamente, me faltan trazos.
Quiero dejar de ver todo esto. Por favor. Un rato. Aunque sea un momento. No es necesario tanto.