Hay días de hacer,
días de morirse del asco en el trabajo,
días especiales al lado de alguien que te importa.
No hay más horas muertas que las asesinadas,
las heridas sólo cierran cuando te mueres,
el amor es tan bonito que no puede ser manchado
—aunque eso no va a bastar para que dejen de intentarlo.
El amor que yo recuerdo era ingrávido, incondicional, incauto,
soledades compartidas en el camino convencido a ninguna parte.
Ese es el amor que yo destilo
mientras me voy opacando.
Nadie puede dejar a nadie,
pero sí heridas que no cierran,
un amor inmaculado en caminos ignotos, opacarse despacio
y una renovada impaciencia en no ausentarnos.
No comprendo el sonido. No lo comprendo en absoluto. Hay días que todo suena maravilloso, presets, configuraciones, todo encaja. Hay otros días que no suena bien (con los mismos ajustes) pero sé dónde tocar para conseguir el que busco. Y hay otros, como hoy, que no suena nada y por más que toco no consigo mas que empeorarlo. Y empeorarlo.
Vale que hoy he intentado una medio locura y tenía pocas posibilidades de sonar bien desde el principio, pero… ¿tan mal?
A un volumen bajo, como para tocar en casa sin molestar, todo termina sonando bien, pero tengo la sensación de que es porque a esos volumenes te medio inventas el sonido, como el dibujo entero desde el esbozo o el bicho de una peli de terror a partir de cuatro trapos. Pero… ¿tanto?, ¿tanto invento? Llevaba tiempo sin tocar con la pedalera, ¿quizá me he acostumbrado a los pedales y ahora tengo que pasarme unos días con ella… para que terminen no gustándome los pedales?
Llevo 3 años con la eléctrica. Los primeros seis meses no conseguí que nada me gustara. Luego tuve un periodo de gracia de dos años grabando con la pedalera, los sonidos que saqué me gustán mucho. Pero… ¿esto va a ser volver a empezar de cero cada vez? ¿De eso va esto?