Quién sabe lo que estás haciendo con tu vida. Es más, quién sabe qué está haciendo tu vida contigo.
Uno se acostumbra de tal modo a las interfaces que usa que, al final, la interfaz es uno mismo. La magia de acostumbrarse a una es precisamente eso: dejar de pensar en el modo en el que hacemos las cosas para centrarnos en hacerlas.
Hace años le compré a mi madre una radio digital con la que nunca se hizo. No la usaba mucho. La radio es fenomenal, de hecho la tengo en mi cocina ahora mismo, pero no le daba esa fluidez. Encontré el mismo modelo con un potenciómetro para el dial, otro para el volumen y un interruptor para pasar de AM a FM, esa sí que le cuadró, ahora la usa cada día.
Las interfaces que hacemos nuestras tienen esa capacidad. Puedo escribir mensajes de voz, puedo buscar con la voz, puedo usar el mando para jugar, pero lo que aprendí a manejar en su día fue el teclado. No sé realmente dónde están las letras en el teclado, sólo sé que cuando quiero pulsar una el dedo va solo.
Ese es el poder de las interfaces y su peligro. Como el anillo de Sauron el anillo no es nada sin él, pero tampoco él es nada sin el anillo.
El finde pasado hablaba con David y Laura de la fantasía que es el mecanismo de la cisterna del váter. No requiere energía añadida y hace su función de un modo sencillo, le das a un botón y lo que tiene que suceder sucede. Ese es el tipo de ingeniería que construye interfaces que me gustan. Recuerdo que Laura dijo que nunca había pensado así sobre ello. Y me recuerdo a mí pensando en que, precisamente, las mejores interfaces son las que desaparecen hasta que se estropean.
Así que, ¿quién sabe lo que estás haciendo con tu vida? Pero, sobre todo, ¿quién sabe qué está haciendo la vida contigo? En medio de esta deriva estamos intentando llegar a viejos. Estamos intentando vivir otro día, y luego otro, y luego otro, y si podemos uno más, y si es posible uno más, y si pudiéramos uno tras otro.
Escribo esto con Xed. Qué maravilla. He tenido que ir a ayuda, acerca de, para saber cómo se llamaba (aunque llevo años usándolo). Esa es la única magia que existe.
Somos bichos autoconscientes, pero pagamos un precio por ello. Y algo sucede cuando escapamos un momento de ahí, algo sucede. Así que… ¿qué estás haciendo con tu vida? ¿Qué está haciendo tu vida contigo? Las mejores interfaces son las que desaparecen hasta que se estropean y, de repente, nada tiene sentido.