Bill Gates dice que su fortuna es para los pobres, que la tiene él pero que no la consume.
Muchos otros consumen apenas lo justo para mantenerse vivos.
Bayer no produce medicamentos para aquellos que no se lo pueden pagar.
Podría pagarlos Bill con el dinero ese que no es suyo y guarda para otros.
Parece que en Reino Unido van a estar disponibles para la venta a farmacéuticas y aseguradores los historiales médicos de los pacientes de la sanidad pública.
Hay que asegurar la inversión cuando la sanidad lo es.
Cuida de tus hijos, paga tus facturas, obedece la ley, compra cosas. Y no molestes, cojones.
La selección natural sólo es eficaz en un entorno de embudo. Falta de comida. Exceso de depredadores. Cambio brusco del entorno. Nosotros, si no tenemos el embudo, lo creamos. La única alternativa que ofrece el capitalismo para no ser devorado por sanguijuelas es convertirte en una.
En una situación sin embudo la selección natural no funciona, porque no tiene nada que discriminar si hay para todos y unas características no son especialmente relevantes sobre otras para sobrevivir. A algunos, que les pone palote la selección natural porque han hecho con ella una aleación para justificar lo suyo, prefieren generar situaciones de escasez y justificar que el mundo siga siendo una puta basura como la única dinámica sostenible.
Si hay tanta escasez teórica, ¿por qué algunos tienen tanto? ¿Por qué se crean cuotas de reducción porque se está produciendo demasiados alimentos? Porque no la hay (el maravilloso mundo de las subvenciones y los excedentes).
Lo que hay es miedo a la escasez. Y acumulación. Y falta de humanidad.
Y un sistema que se basa en crear embudos donde no los hay. Porque es su único criterio de distribución (el dinero es el baremo de accesibilidad).
Un launcher que nos lleva inexorablemente al desastre.
Los que lo sufren sienten que no pueden hacer nada.
A los que se aprovechan de ello se la suda el resto y limpian su alma con caridad (al menos aquellos que necesitan aún limpiarla debido a algún resto vestigial de virtud o aquellos en medio de alguna operación de marketing exfoliante), y después de confesarse siguen haciendo una y otra vez su mierda.
Eso es como matar a 200 tipos y alegar en tu defensa que, sin embargo, eres padre de cinco.
«Eh, vale, vale, asesino, pero restituyo una parte al mundo de nuevo».
Y sonreír tan tranquilo. Alegre, confiado. Seguro de ti mismo.
Haz lo tuyo, deja en paz a los doscientos tipos (impuestos, condiciones laborales, medio ambiente) y después restituye lo que quieras.
No me guarrees la charca.