Metido en la bañera
con un porro lleno de humedad
escuchando un audiolibro
del Tao Te Ching,
sacando un pié del agua hirviendo
lo justo para que se congele
y volverlo a meter,
dando una calada,
concentrándome en la nada.
Y escucho:
«Aquellos que desean cambiar el Mundo
de acuerdo con sus deseos
nunca tienen éxito.»
Supongo que habrá olvidado añadir
«al final».