# perdiendo.org/museodemetralla

entraron en mi cabeza (201) | libros (20) | me lo llevo puesto (7) | pelis (2) | Renta básica (9) | series (6) | escasez (2) | frikeando (94) | arduino (1) | autoreferencial (11) | bici (1) | esperanto (4) | eve online (3) | git (2) | GNU/linux (4) | markdown (7) | nexus7 (2) | python (7) | raspberry pi (3) | vim (1) | wordpress (1) | zatchtronics (3) | hago (755) | canciones (156) | borradores (7) | cover (42) | el extremo inútil de la escoba (2) | elec (1) | GRACO (2) | guitarlele (11) | ruiditos (11) | Solenoide (1) | fotos (37) | nanowrimo (3) | novela (26) | criaturas del pantano (5) | el año que no follamos (12) | huim (5) | rehab (4) | poemas (353) | Anclajes (15) | andando (3) | B.A.R (7) | Canción de cuna para un borracho (38) | Cercos vacíos (37) | Cien puentes en la cabeza (7) | Conejo azul (6) | Contenido del juego (5) | De tiendas (3) | del pantano (3) | Destrozos (2) | Epilogo (4) | Fuegos de artificio (5) | Imposible rescate (15) | Jugando a rojo (7) | Libro del desencuentro (2) | Lo que sé de Marte (11) | Los cuentos (21) | Montaje del juego (5) | Orden de salida (4) | palitos (31) | Piernas abiertas (7) | Poemas medianos (12) | Privado de sueño (7) | rasguemas (5) | Tanto para nada (17) | Todo a 100 (2) | Uno (4) | relatos (96) | anatemas (9) | orbital (2) | prompts (8) | vindicaciones (103) | perdiendo (1.694) | atranques (1) |

emaciación

            <div align="center"><img src="wp-content/imagenes/Pic01641.jpg" width="80%"  border="0" />

Lo importante es no tener la sensación de que estás perdiendo la vida, cosa bastante difícil cuando otra vez te has levantado a las doce de la mañana, has encendido un cigarro, te has preparado un café, has tocado un par de temas rápidos, has intentado leer y al final has acabado reflejando mediante un teclado lo que te es permitido de esta diarrea mental y conceptual, física y existencial que te inunda y te permea como si fueras papel del váter.

Y en la calle todo sigue, como si ninguno de esos cuerpos fuera consciente de lo que está sucediendo, anegado del mito de casandra, o peor aún, convertido en un tiresias extraño y machacado. El clip doblado flaquea, como todos, y te sientes un espectador lamentablemente inocuo en este caso, como en todos. Porque nadie conoce a nadie, al menos no a fondo, así que verdaderamente nadie puede ayudar a nadie, al menos no a fondo.

Pero hay grados, en base a todo lo compartido, eso es innegable.

Todos tienen coches y dvd y home cinema y van los domingos a alcampo y compran estupideces y ven películas y comen y mingitan y defecan y se sienten mal alternativamente, como un quasar asqueroso de indeterminación y sinsentidos. Luego se comen un hagen y no está tan mal. Luego se hunden en la cama. Ella pega su culito y entonces no está todo tan mal. Se levantan tosiendo y todos los vasos están sucios y se sienten mal, pero ven el telediario de turno y piensan que tienen mucha suerte. Llegan al curro y es lunes y pierden de nuevo el sentido indoloro de las cosas, pero cumplen en algo y la satisfacción de la importancia de uno mismo en lo que hace les saca del aprieto. Luego pierden de nuevo el sentido laxo de las cosas cuando ronronean en el atasco, llegan a casa y se apoltronan en el sofá con el programa de confesiones al efecto y olvidan… o van y se compran una bici, o un pantalón, el consumismo tiene el secreto del sentido efímero de la vida. Todo se resume en ese pantalon, durante unos minutos, una hora quizá.

Y mientras que esta bola de mierda gira y todos se van amoldando-desamoldando yo les miro, con una cierta sensación de ironía estúpida vestida de domingo con un traje de patente (e inexistente, al fin y al cabo) superioridad. Yo he ido más allá, estoy roto siempre. No puedo olvidar a berkeley, no puedo dejar de comentarme a mí mismo que ya vale, tiresias de mierda, casandra idiota, muerto-vivo. Vivo en todos los momentos que me ocupo de inundar de intensidad, dejándome llevar (no hay más ingredientes para eso), muerto el resto del tiempo. Un agujero negro, que no deja escapar ni la propia luz. Atrae irremisiblemente, pero le gustaría no hacerlo, no le ha traído más que problemas y momentos como perlas en la memoria.

Basta ya, se acabó del todo. No quieres eso, aunque bien sacaste fuego y humus de ahí. Pero ya se acabó. Ahora sólo quieres no deambular, no redundar, no finiquitar, no juzgar, no compensar, no sopesar, sólo quieres reírte una tarde infinita paseando por un parque dando y recibiendo besos, dando y recibiendo abrazos y tocar la guitarra sin prejuicios (que también se puede, perfectamente) y sumergirte en una vida agramatical, en un dulce respirar sin saber qué ni cómo ni cuándo ni de dónde, en un estar pleno y convencido de sí mismo, meter por fin incluso la cabeza bajo el agua.

2 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.