Habíamos perdido
las ganas de dejar de estar.
Era el día perfecto
para no hacerlo.
Dentro y fuera.
Hace un rato terminé de ver «Jay and Silent Bob reboot», y acto seguido a un streamer que hablaba de cómo hay que moderar el nivel de exigencia para terminar haciendo algo, para no estancarse en el proceso de perfeccionar siempre lo mismo sin acabar nunca nada.
Y me ha dado que pensar. Cómo no. La película de Kevin Smith es absolutamente infumable. Gracias sin gracia constantemente. Será que… ¿habrá que tomar ese tipo de decisiones para? No lo sé. No tengo ni idea. Pero si ese va a ser el resultado… ¿no será mejor nunca nada? ¿Es mejor algo nada a nada de algo? No lo sé.
Cómo hacer que una película de mierda y una reflexión te vayan trabajando la noche.