Unos días muy majetes en Candeleda, cruzando el río, comiendo fenomenal, caminando (poco esta vez, mucha alergia, asma). También en un server pirata del Wow vanilla, picado por la salida de la classic a finales de agosto. Es verdad que es un juego antiguo, es verdad que hay que grindear una barbaridad, pero también lo es que se le ven muchísimo menos las costuras del negocio. Un cambio agradable.
La parte social del juego está muy trabajada, algo que no percibí en su momento porque me he pasado toda la vida siendo un vergonzoso de narices. Ahora, encima, en inglés. Dos tazas. Es muy divertido, la verdad, y el único encanto real del cuento.
Todo muy bien, todo muy tranquilo.