He perdido la luz y a veces, cuando te veo, la recupero. Pero siempre muy despacio, siempre después de un rato. La luz me preocupa, porque hace entenderlo todo de otra manera. Con ella hay importantes desgravaciones fiscales, y es una forma de erradicar los transtornos bipolares, los ritmos circadianos. Es curioso que sea así, porque nunca le di importancia cuando la tuve. Siempre me pareció lo normal, lo habitual, lo que es porque es. Pero siempre viene alguna situación capulla y te la arranca de cuajo. Entonces sí que se echa de menos.
No pude estar a la altura del bicho, porque él sólo pierde la luz cuando muere. Por eso me siento contento cuando, a veces, al verte, voy y la recupero de repente. Coincido en que no lo es todo, pero es mucho más que algo.