Qué complicado es rezarle a algo. Arroz en el fuego y una lata de atún, una de champiñones enteros, un brick de tomate frito, un par de huevos. Mirando la ebullición del agua, los granos de arroz dando tumbos, desorientados. Al fin y al cabo van a acaban en el estómago, no es para tanto. Mirando los goterones de grasa bien ordenados en el tubo del extractor. Por mucho que limpie, nunca llego a ellos. Están a un nivel supralunar, lejanos, distantes, inalcanzables; es fácil concluir que no sería malo rezarles. Pero qué complicado es rezarle a algo.