Siempre devenir, siempre en movimiento, esa es la nueva máxima. Si en lo personal mis historias avanzan todas y cada una abriendo nuevos frentes constantemente, en lo parasimpático la cordura refleja los nuevos días dejándome el sueño, como recuerdo, y la imposibilidad de dormir. Dormir debe ser para otros.
He limpiado el baño, la cocina, el salón, todo el dormitorio excepto el escritorio (¡faltaría más!), buscando con ello la cama y el abandono. Después será noche y vendrá otra noche mágica, y yo relegaré la necesidad de dormir a otra parte, hasta que, supongo, llegue un momento en el que caiga y reviente.