Alguien me dijo una vez que lo que atraía de mí era mi carácter eminentemente
autodestructivo.
Yo dije que sí,
y me dormí del otro lado.
Hay cosas en las que es mejor no naufragar.
Hoy han vuelto a recordármelo.
Hubo otro alguien que, en una situación similar, me dijo que lo que atraía de mí era mi lado femenino.
Le contesté que no creo en ciertos tipos de dimorfismo sexual, y con más razón en los emocionales.
Me dijo que sí
y se durmió del otro lado.
Y yo me quedé comiendo techo, pensando en qué había fallado.