Pensemos en un viernes, como este, en el que ya estoy borracho.
Pensemos, por un momento, en las caras, en los ojos y las circunvalaciones de los sexos que esperan en sus refugios el fin del invierno.
Pensemos que nada está dicho aún. Pensemos que todo está por escribirse, que tengo una nueva novela a medias. Siempre soy autobiográfico, manías de uno. Pensemos que la noche es noche precisamente para que gente como yo tenga su sitio y…
démonos cuenta del absurdo de todo, de la mezcla de pasta dentífrica, tabaco y cerveza en mi boca.
Del «chas» del litro al abrirse.
Démonos cuenta del absurdo del descontrol, de lo estúpido de la fiesta bruta de noches y noches y cientos de noches como esta y precisamente como esta y como tantas.
Y sobresalir es cuestión de despiste de la seguridad.
Es ley de vida.
despistarse de la realidad..