Me sigo peleando con la novela que ya no sé qué novela es. Tengo una historia enorme, dividida en seis. No avanzo, no me gusta el resultado. Escribo y borro, Penélope del disgusto propio. Pero empiezo a encontrarme bien ahí en medio. En el empeño. En sacar cosas de la nada. Tanto tiempo escribiendo, tantas palabras. Sólo en el nanowrimo, desde el 2009, 427948. Cuatrocientas veintisiete mil novecientas cuarenta y ocho. Tantas para nada. Menuda depuración.
Ser malo en algo no hace, por sí solo, que deje de gustarte hacerlo.
Y creo empezar a ver la orfebrería.
Odio escribir, pero amo haber escrito, Dorothy Parker.
Voy a empezar a leer lo que encuentre de ella esta misma tarde.