En septiembre, con el lío, monté una instancia con bitnami y puse todo en marcha como supe. No muy bien, creo. Sólo había utilizado wamp, mamp y lamp como servidores de prueba para testear webs antes de subirlas, así que tampoco tenía mucha idea. ¿Que bitnami lo ponía todo fácil? Pues ok. El caso es que, incluyendo certificados, lo puse todo a funcionar. Pero cuando me tocó renovar certificados el hacerlo cambió la ubicación de los archivos de bitnami por la que se utiliza por defecto en linux.
(No tengo ni la más minima idea del tipo de relación que puede haber entre ambas cosas, pero sucedió).
Podía, simplemente, haber movido los archivos de una carpeta a otra. Pero ya tenía bajo la oreja que algo no estaba bien y que ya no amaba esa instancia. Que estaba marcada. Que tenía algo intrínsecamente mal que iba a estallar un día u otro. Que había que acabar con ella para evitar que me tracionara en el peor momento.
Con todo lo que había aprendido gracias a la raspberry pi del proyecto R.4.S.P.1 abrí una instancia con debian 9 y configuré todo en más o menos un rato (no toquéis route 63 si váis a utilizar lightsail y vuestro dominio también está en amazon).
Ahora que todo va bien me siento bien. Autosuficiente. La versión sentada y con teclado de un tipo que vuelve a la cueva con un mamut bajo el brazo.
Ya me entendéis.
El certificado es válido hasta febrero. ¿Qué pasará entonces? Lo veremos. Creo.
(No será ese el problema, en cualquier caso).