El último proyecto en el que estoy metido, echar a rodar un servidor web en una raspberry pi que está tirada debajo de un sofá.
Sin tener ni idea. ¿Qué puede salir mal? No es que me mantenga entretenido, me mantiene interesado.
Cuando pinches en el enlace, entrarás en mi casa. En mi salón. En la tarjeta que está tirada en el suelo. Entrarás desde cualquier parte del mundo.
Es bonito.