El tiempo tiene la concición de ser tajante. Escribe sus relatos en trazos rápidos, cortados, entremezclados. No hay quien le discuta. Entremezcla, revienta, lustra, une, golpea. Y los demás le miran.
Eso es relativamente refrescante. No depende de. No depende nunca de.
Mañana es el psyco-concierto, o el comienzo de una nueva época. O yo que sé. Qué pasa.