Vivir con la sensación de que estás construyéndote de forma artificial todo el tiempo. Que todo lo que haces es una simulación en la que interpretas un papel. Como si en vez de haber venido a la vida para vivirla, nos consumiéramos en un juego de espejos en el que unos y otros ofrecemos una representación a los demás para que todo el mundo tenga claro a qué atenerse y no cunda el pánico. Humanos actores que no fluyen con la naturaleza y se inventan y retroalimentan en un mundo reificado.
Al protagonista de la novela le sucede una cosa: un objeto cae del cielo y le golpea dejándole en coma. Eso resulta en dos cosas: una indemnización millonaria y la necesidad de aprender de nuevo los movimientos más básicos.
¿Cómo es coger un vaso? ¿Cómo es moverse, como es saber cómo se hace algo en vez de simplemente hacerlo, deconstruirlo hasta ver sus elementos más fundamentales con el fin de poder reproducirlo?
Seguir ese camino le llevará al análisis minucioso de lo cotidiano para aprehenderlo y reaprenderlo, reconstruyendo un edificio entero que recuerda a partir de una grieta. Y de lo cotidiano a lo excepcional, y de lo excepcional a lo peligroso, y finalmente del simulacro a lo inmediato, buscando cada vez una mayor dosis de realidad, incluyendo la repetición como proceso de perfección y de aprendizaje en el que se destierra el pensamiento, se recupera el instinto.
Un Narciso que se mira y ve el andamiaje de lo real, y quiere volver a fluir con el tiempo y las cosas allí donde el tiempo y las cosas son. Un dinero todopoderoso y sin olor que convierte a los seres humanos en esclavos sumisos y es capaz de realizar todo lo que se proponga como si realizara un prodigio —y el prodigio es, en sí, comprarlos y rentabilizarlos—, una sociedad construida entre alfileres e incoherencias que no sabe rescatarse de sí misma, y que produce monstruos lógicos. Y un hombre que lidia con el estrés postraumático como va pudiendo mientras controla y juega con lo que le rodea, incapaz de salirse de sí mismo.
Una novela tremenda, si te fijas. Si no te fijas una historia muy curiosa.