Ana recoge a Luís. La tarde es abril.
Nada que temer. Sigo las miradas y las pongo aquí.
Cuando me miras así no me quiero ir, no ir.
Cuando me miras así ya no quiero estar, no estar.
Ana le cuenta a Luís las cosas de todos los días.
Las mismas repetidas cosas que sonríen sólo si cuentas hasta mil.
Y yo detrás esperando una oportunidad de entrar en tus cosas cotidianas, pequeñas.
Porque dejé de estar integrado en este cuento,
perdí en algún litro vacío la espuma de tus besos.
Amé lo que no sabe amar y perdí lo que no sé olvidar.
Recorro las voces, hambriento y escéptico, y caigo. Sólo caigo.
Ana recoge a Luís. Se besan y se funden frente al charco que son mis pies.
Registro todos sus gestos y descubro que
Ana recoge a Luís. Se besan y se funden frente al charco que son mis pies.
Registro todos sus gestos y descubro…
Cuando me miras así no me quiero ir, no ir.
Cuando me miras así ya no quiero estar, no estar.
Cuando me miras así no te puedo descubrir, en fin…
cuando me miras así poco queda que perder, y lo sé.
Creo expectativas ante la letra, estoy fuera y no puedo oir la canción. Vulevo el Viernes. Frankfurt. Tyler Durden sería féliz aquí. Besos Tron.
lo sería, tío, lo sería. Este fin de semana no estoy, pero espero verte la semana que viene sin falta.