Hay gente de la que te alejas porque te joden. Lo sabes.
Te la juegan una, dos, tres veces y no esperás más. No tienes más que una cosa que hacer, y la haces.
No siempre es así, la gente no siempre tiene tan mala ostia.
A veces no tiene nada que ver contigo, sino con una percepción discordante entre las dos cabezas. Supongo que ahí suelen estar la mayor parte de los problemas. Piensas que el otro va por otro lado… y la cagas, o la caga él contigo.
Entonces sí que es jodido hacer algo.
Hay gente confusa, además, que no sabe lo que quiere y titubea. Si no te importan demasiado, los titubeos son incluso simpáticos. Si hay cosas que tienes claras en algún sentido preciso, los titubeos pueden llevarte a la tumba. Eso es definitivo.
Así que hay veces en las que coger el petate y hacer de tu capa un sayo son algo más que una alternativa. Son tu único medio posible de vida.
Aún así no es fácil. Te cuesta. Normal, estás vivo, serías un anormal si no jodiera. Pones tu mejor canción en el cd, revisas los viejos poemas. Abres una cerveza, lloras un rato mientras le das un beso de tornillo al cigarro. Haces algunas fiestas, te corres algunas juergas. Caminas, das una vuelta.
Te tomas tu tiempo. Haces las cosas como es debido. Te retiras.
Reconoces que has perdido. Lo dejas. Tiras la toalla blanca llena de sudor y, probablemente, de algo de sangre. Te rajas. Comprendes.
Levantas la mirada. Enciendes un cigarro. Coges tu abrigo y vuelves camino a casa. Allí al menos tienes un sitio donde nadie te toca las pelotas demasiado.
Si no quieres.