Ahora bien, del ápice a la base, la medida de la Gran Pirámide, en pulgadas egipcias, es de unas 161.000.000.000. ¿Cuántas almas humanas han vivido en la Tierra desde Adán a nuestros días? Una buena aproximación se situaría entre las 153.000.000.000 y las 171.900.000.000.
Piazzi Smyth, Our Inheritance in the Great Piramid, London, Isbister, 1880, p. 583.
Astramatana, a día de hoy, no tiene ninguna correspondencia en google. Y, bien mirado, no parece una cosa tan rara como para no tenerla. Puede ser que alguien en alguna parte se apellidase Astramatana. Yo no lo vería tan raro. Enrico Astramatana, soberbio funambulista, amigo de sus amigos, tremendo payaso (sólo el que ha llorado hasta quedarse seco sabe hacer reír, repito, sólo el que ha llorado hasta quedarse seco es capaz de hacer reír).
Inventarse significados coherentes pero sin el sustrato de la vinculación con el mundo bien puede ser una fasmagonía (que, por cierto, tampoco tiene correspondencia en google) o bien una estupidez, pero bien mirado está el intento, bien llevado, bien fraguado. En eso estamos. Nos pasamos la vida construyendo fasmagonías. De hecho, la vida de cada cual está llena de fasmagonías, interpretaciones del mundo sin sustrato que a cada tipo le sirven pero no puede extrapolar de un modo científico hacia los demás. Ni ganas.
Esto es: estos calzoncillos son mis calzoncillos de aprobar exámenes. Fasmagonías.
Teocracias personales. Categorías horizontales de uno mismo. Que quedan en casa.
Lecciones de un tal Astramatana que nunca existió pero que bien pudo… haberlo hecho.
Antes, in illo tempore, algo no existía cuando, coño, carajo, no existía. Cuando no se encontraba por ninguna parte.
Ahora no existe cuando no está indexado en google.
Y uno siente cierta querencia por Astramatana, cierta envidia. Existe de un modo tal que es como si no lo hiciera en absoluto. Reclama su independencia. Su espacio. Su lugar. Pero sin tambores, sin nuncios, sin golpes de efecto. Reclama su espacio sin que nadie se entere. Y lo obtiene donde nadie se entera.
Existe a título personal.
Por pura convicción personal, sin necesitar de nada más.
Después de esto, mañana o pasado, Astramatana estará en google.
Pero eso no será hoy.
Disfrutémoslo.
Mientras estemos aún a tiempo.