# perdiendo.org/museodemetralla

entraron en mi cabeza (201) | libros (20) | me lo llevo puesto (7) | pelis (2) | Renta básica (9) | series (6) | escasez (2) | frikeando (94) | arduino (1) | autoreferencial (11) | bici (1) | esperanto (4) | eve online (3) | git (2) | GNU/linux (4) | markdown (7) | nexus7 (2) | python (7) | raspberry pi (3) | vim (1) | wordpress (1) | zatchtronics (3) | hago (751) | canciones (153) | borradores (7) | cover (42) | el extremo inútil de la escoba (2) | elec (1) | GRACO (2) | guitarlele (11) | ruiditos (11) | Solenoide (1) | fotos (37) | nanowrimo (3) | novela (26) | criaturas del pantano (5) | el año que no follamos (12) | huim (5) | rehab (4) | poemas (352) | Anclajes (15) | andando (3) | B.A.R (7) | Canción de cuna para un borracho (38) | Cercos vacíos (37) | Cien puentes en la cabeza (7) | Conejo azul (6) | Contenido del juego (5) | De tiendas (3) | del pantano (3) | Destrozos (2) | Epilogo (4) | Fuegos de artificio (5) | Imposible rescate (15) | Jugando a rojo (7) | Libro del desencuentro (2) | Lo que sé de Marte (11) | Los cuentos (21) | Montaje del juego (5) | Orden de salida (4) | palitos (31) | Piernas abiertas (7) | Poemas medianos (12) | Privado de sueño (7) | rasguemas (5) | Tanto para nada (17) | Todo a 100 (2) | Uno (4) | relatos (96) | anatemas (9) | orbital (2) | prompts (8) | vindicaciones (103) | perdiendo (1.685) | atranques (1) |

Tautologías

A fuerza de no saber nunca quién soy
me he hecho una imagen bastante aproximada de mí mismo.

«Su locura le mantenía cuerdo».

Es posible que todo lo que he hecho
que todo lo que he dicho
que todo lo que he sentido
tuviera un fin oculto más o menos evidente.

Tautologías…

Es evidente que el camino de uno mismo siempre es tautológico…

Eludimos ir al lugar al que siempre estamos yendo…

mientras no dejamos de ir, por supuesto.

Le pregunté a algún idiota por el cybercafé más cercano,
y cuando me respondió le mandé a la mierda.

No tenía nada en contra suya, odiaba a la humanidad entera
y le tocó a él recibir el paquete. Simplemente.

Me pregunto por qué odiaba a la humanidad entera.

Era sencillo.
No era nada complicado, no tenía misterio.

Él era parte de todo lo que me estaba diciendo dónde ir,
dónde encaminar mi derrota.

Después le pedí perdón,
convencido de que no serviría de nada.

Es cuestión de silencios cuando las palabras duelen.
Es cuestión de mantenerse firme cuando el tiempo cae.

Es cuestión de mirarte fijamente y decirte «te amo»,
sabiendo que eso no va a ninguna parte.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.