Ejes de coordenadas.
1.Los brillos.
Recito de memoria
las mil formas de sonreír
tímidamente pretendiendo
estimular una conversación
animada, fluida, cortés
y conveniente.
(No, ahora no es cuando
maldigo y practico la rebeldía
afónica del inocente, no
es ahora ni ya nunca).
Las mil formas.
Vaya cosas. Vaya cosas.
Me he ido del tema a
otra parte, pensaba en otras
cosas de múltiples formas.
Y, sin embargo…
me gustaría besarte, acercar
tus labios de plata y sangre
a mis ojos,
ver la luz que explendes
cuando vibra el timbre
taimado del microondas.
Café caliente.
Y después vuelves, sin ese
brillo, pero con otro. Después
también existes.
No deja de parecerme
sorprendente.
Después los besos, sin ese alma
pero con un corazón de regalo.
Soy idiota, no tengo empeño
para nada, todo se apaga
medianamente en mis bolsillos.
Y tú vuelves y no dejas de
volver y cuando me voy aún
sigues volviendo, es algo que
no sé decir en modo alguno.
Joder. Digo que vuelves y
no traes los calcetines pero
entre los dedos de tus pies
traes un sicomoro
grandioso,
que crece abrazando tus piernas
y serpenteando en tus caderas
y esculpiendo tu pecho
y esbozando tu rostro que
es tu rostro pero ahora
es otro y tan solo un solo
beso los aleja, separa y diferencia.
(Y llamarle sicomoro no es
una necedad, no más que nombrarle
nogal, manzano, o
peral,
pues algo hay que
brilla y no sólo en tus ojos
y refulge en
diminutos rayos
que rebotan haciendo un
ruido fascinante
en
mi resaca,
mi disnea,
mi sonrisa,
mi petaca,
mi pesantez,
mi Golden Virginia,
mi espalda cargada).
2.Analogías.
Este año es un silencio,
o este baño es un invierno,
o este caño es un misterio,
o este alud es una
patata frita.
Las patatas se fríen con flores
o aceitunas machacadas, las
flores tienen pétalos y crótalos y
estigmas, o sólo algunas, o
todas, o ninguna. O me
estoy desintegrando en tanto
engaño. O llamo a la puerta
y no estás, o es que me estoy
equivocando.
O es que somos dioses.
O es que tenemos nombres para
todo y para nada, o
es que alucinamos en el estanco
cada día o cada día es un
paquete de tabaco.
En cualquier caso, esto es un
verso y como tal una mentira,
no sé si pistón o manguito
pero parte de algo así, parte
de un lucifer así, parte de
un cañón apuntando a mi cerebro
sí que es. Negar no niego
mientras tanto.
Es pecado todo esto.
No me engaño, sólo me
miento.
3. Es decir: etc.
Es decir: etc.