# perdiendo.org/museodemetralla

entraron en mi cabeza (201) | libros (20) | me lo llevo puesto (7) | pelis (2) | Renta básica (9) | series (6) | escasez (2) | frikeando (94) | arduino (1) | autoreferencial (11) | bici (1) | esperanto (4) | eve online (3) | git (2) | GNU/linux (4) | markdown (7) | nexus7 (2) | python (7) | raspberry pi (3) | vim (1) | wordpress (1) | zatchtronics (3) | hago (755) | canciones (156) | borradores (7) | cover (42) | el extremo inútil de la escoba (2) | elec (1) | GRACO (2) | guitarlele (11) | ruiditos (11) | Solenoide (1) | fotos (37) | nanowrimo (3) | novela (26) | criaturas del pantano (5) | el año que no follamos (12) | huim (5) | rehab (4) | poemas (353) | Anclajes (15) | andando (3) | B.A.R (7) | Canción de cuna para un borracho (38) | Cercos vacíos (37) | Cien puentes en la cabeza (7) | Conejo azul (6) | Contenido del juego (5) | De tiendas (3) | del pantano (3) | Destrozos (2) | Epilogo (4) | Fuegos de artificio (5) | Imposible rescate (15) | Jugando a rojo (7) | Libro del desencuentro (2) | Lo que sé de Marte (11) | Los cuentos (21) | Montaje del juego (5) | Orden de salida (4) | palitos (31) | Piernas abiertas (7) | Poemas medianos (12) | Privado de sueño (7) | rasguemas (5) | Tanto para nada (17) | Todo a 100 (2) | Uno (4) | relatos (96) | anatemas (9) | orbital (2) | prompts (8) | vindicaciones (103) | perdiendo (1.694) | atranques (1) |

Segundo acto

Devoro el alimento mientras
me voy humedeciendo por el esfuerzo.
“Gracias”, musito. Y corriendo
voy al baño y sonoramente voy
y vomito. Joder, qué bien. Con
el antebrazo limpio los hilos
que cuelgan de mi boca y mi
perilla, agradecido. Ahora soy
distinto, así que abro el tapón
del vino.

Y rojo cálido rojo voy templando
el ánimo con rojo rojo vino. Decía
que siempre es más triste sobrio, y
así ahora todo se metamorfosea y es
alegre.

Tengo una colección de Fénix esperando
tu palabra, todos quieren saltar a
la arena y asesinar la convención,
que aburrida cabecea.

Me trago una piscina de rojo, rojo
sangre que sí es sangre y no aquella
de serie con que me lanzaron al mundo.
Tomo valor y busco un hueco, vomito
de nuevo y voy acumulando el agrio
olor de mi propio cuerpo. Huele
a flores anafroditas polinizando
el aire que respiras, huele a sudor
pero más fuerte y es mi propio e
inconfundible olor.

Mío es y yo lo quiero.

En la calle ya no importa que los
rostros tengan una boca funcional, soy
osado, me acerco a una y le
pido un cigarro. Y si vuelve a
decir “sí” así la beso.

¡Ja! Quiero respirar y lo hago.

Vino y más vino trago mientras
ando y voy contando las veces
que me quedé callado.

Y con el sopor la bendita
estulticia, el valiente
continuar lanzando al aire
todo el inmenso abismo
que ofrezco.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.