Me voy y no me llevo ni un
solo recuerdo, ni una imagen ni
un sueño. No quiero un bolígrafo ni
papel muerto. Dejo mis ojos en
la cama, la nariz en su caja.
Diáfano abandono todo mi
cuento. Somos agua y fluimos en
los cauces en los que creemos (y
solamente en ellos). Puedo
dejar esto y perder algo que llamo
una identidad o un punto de
coherencia. Puedo y lo hago.
Me voy. Me levanto. Hago
la cama. Cada cosa en su sitio
con su conveniente olvido. Salgo,
el trabajo comienza temprano.