Qué complicado es todo. No sé por qué, pero qué complicado es. Intento hacer en medianos un camino al apunte despistado (la inercia me pedía «inopinado», pero eso es incomprensible), pero no me sale. Dar salida al tipo irónico que soy en el día a día en sebastopol, pero no me sale. Seguir grabando para jamendo, pero sigue sin salirme. Escribir proyectos terminados en bubok, pero no me sale. Me gustaría encontrar un punto de control en el mapa, para decir «estoy aquí» con testigos, sin miedo a equivocarme.
Es curioso. Tremendamente. El único tipo que funciona es el torturado. Aunque es el único que no existe.
Cuando escribo, cuando compongo, cuando hago fotos, es el único tipo con el que congenio. Todos los demás me sobran. Es una especie de posicionamiento: parece ser que quiero hablar desde ahí.
Aunque es justo desde ahí donde no tengo nada que decir.