1.
La vida sigue estallando,
de formas diversas, rodeando
el tiempo de luces y sombras,
de nuevas realidades
que
nucen
mis
ojos
y estoy calmado, y tranquilo, y
ya me tomé las cervezas de rigor
para digerir el pan ácimo de tu ausencia
y ya está todo claro,
mentira tras mentira en mi cerebro
y en mis venas
tengo un ojo de regalo en medio de la frente,
te lo regalo
no me sirve demasiado, o me sirve de mucho,
pero te lo regalo
haz un nido con él,
toma su viento y vuela más alto aún
no pretendo ayudarte, porque no lo necesitas,
pero toma mi regalo,
es un buen regalo, una rosa sin púas
en un momento aciago
y somos espectros de otros que o bien
fuimos en algún momento dado o bien
no fuimos nunca
y desde ahí nos vamos expresando
como podemos, entre unos y otros,
recolectando con paciencia los momentos
que nos conducen al fondo de nosotros
mismos.
No hay más intelección
en un mundo como este,
en un tiempo con un nosotros tan diluido.
2.
Sales y soles,
y ganas y descuentos y miradas de soslayo y
hay judías verdes muertas en la pila de la cocina,
bajo pilas de platos,
posos de café,
restos de pizzas
y son cadáveres húmedos
que tengo que coger con mis manos,
echarles un vistazo
tirar al cubo
para conseguir
dejar libre el desagüe
y que todo circule de nuevo hacia abajo
y adiós
fin del cuento cuando limpio el último
cubierto,
lleno de grasa y de días
lleno de empeños
y hago metáforas y te incluyo
en esto
y pienso
que tú estás de algún modo así en mi cuerpo,
una fina película de ausencia,
un leve rastro de soledad,
una fuerte cadena de eslabones de hierro
entre lo que aún soy yo
y lo que fuiste tú en algún momento.
3.
Y sales y soles y pienso:
¿en qué realidad te has metido ahora, mi niña?
Será para bien, me digo,
me lo digo todo el tiempo
para que agarre en mi mente,
para que cuaje,
para que descifre los mensajes
secretos que me llegan del miedo
aquellos que no dicen nada bueno
aquellos que me embargan
en el silencio o en la risa desaforada
en el vacío más inmarcesible
o en la juerga más ruidosa
y yo
allí en medio,
me encuentro igual de incómodo
en ambas instancias,
avatares de mí mismo que me representan
en el círculo de las cosas que siguen sucediendo
(la vida, me digo, es la vida)
y siguen sucediendo pese a todo
y yo
me pregunto
¿por qué?
¿cómo es que no se ha detenido todo?
no puedo darme una razón
(para ti se ha detenido, capullo,
lanzas actores al mundo que disimulan,
como pueden,
tu ausencia,
no estás en esto,
ya no,
estás en otra parte,
en un lugar secreto y silencioso con altares
y velas y telas y sangre y vino azúl
y collares, ahí estás todo el tiempo,
detenido con una copa en la mano y un
cigarro en la oreja,
en un profundo coma).
4.
Y ella es posible que esté
tomando cervezas y escribiendo poemas
bajo la luz del sol del mediodía,
en otro tiempo ya,
en otro círculo de la espiral,
distante ya, en otra era.
(Pero posiblemente no,
miguel, aquí caeremos todos,
porque no hay nada como
la ausencia para constatar cuanto duele
la presencia cuando se esfuma y…
enciéndete un cigarro, hazme caso,
toma este café que te tiendo,
respira,
que no se te olvide meter aire dentro,
hazlo fumando,
mezcla el oxígeno con la nicotina
rarifica el aire,
hazlo extraño, inlúcido,
amartillado y prepara la chispa,
prepara el destello
que prenderá el fuego en tus pulmones
y extenderá el llanto por todos los rincones
de tu pobre cuerpo,
enciéndete un cigarro, hazme caso,
toma este café que te tiendo,
rarifica el aire).