Tenía aún encendido el mechero mientras tú pedías algo que yo todavía no entiendo. Al final se acabó el gas y volví a soñar contigo. Nunca he sabido muy bien qué estaba sucediendo. Ahora te miro, rescate imposible de un recuerdo ineluctable, y pienso contigo.
Pienso que todo sigue sus ritmos. Que se acabó el gas, que tiré el mechero. Pero, de algún modo, todo sigue sucediendo. Todo sigue sucediendo.