Hoy me he sentido extraño, estaba aquí, tomando unas cervezas, haciendo misiones imposibles en el ogame mientras leía un diario perdido de algún tipo que, raramente, es más o menos como yo. Al menos no me importaría tomar unas cervezas con él. Últimamente no levanto cabeza, me siento triste, perdido, difuso, confuso, pese a que, últimamente, parece que voy encaminando el asunto. Me pregunté por qué me sentía bajo cuando estoy aquí, escribiendo y jugando al ogame, en el lugar en el que vivo solo desde hace tres años, anacoreta de mí mismo, emperrado en mis propias perrerías. Y me di cuenta de que el asunto es el futuro. No sé cuándo dejé que se colara el futuro en todo esto, pero me está jodiendo vivo. Yo sólo quiero hoy escribir, tomar estas cervezas y cuando acaben empezar con las copas, cenar algo y sentirme bien mientras me tumbo en el sofá a ver el canal de historia.
Y hace buena noche, tengo carne picada descongelando en el microondas y me voy a hacer un bocata de tortilla de carne picada. Y no entiendo cómo estar triste con eso.
Me he sentido tan extraño que, de repente, me he recordado. Eso ha sido todo. Eso me ha hecho feliz. Cuesta no perderse en estos días de anulaciones constantes.