Tenía las manos rotas y
las palabras pequeñas.
Siempre cayendo,
siempre y sólo cayendo.
Tomaba café sin promesas
en largas tardes vacías.
Todo un sueño,
cayendo siempre y sólo.
Veces y horas de no vernos
cuando evitar la mirada es fácil,
días y años de mirar a otra parte
sabiendo que el otro está al otro lado,
siempre hay más de un lugar donde estar,
es cuestión de saber jugar las cartas.
Manos pequeñas cogen cafés
sin promesas
mientras el dueño baja los cierres fuera.
De walking around my table.