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lo que quieres, lo que no, lo que queda

Pues hace ya cinco años, hace ya cinco años del momento en el que voluntariamente fui al lugar en el que iban a arrancarme los dientes para ponerme implantes. No fue un buen momento, no fue uno de esos lugares a los que vuelves en el recuerdo. Han pasado muchas cosas desde entonces y no todas están aquí, claro, porque esto está medio olvidado por más que me pese.

Recuerdo un momento en el que todo lo que me pasaba me parecía importante para otros. Pensaba que podía tener algún interés. Seguramente pensaba también que en el futuro quizá yo fuera algo y tendría sentido haber mantenido información pormenorizada de lo que me estaba pasando. Ahora ya no es así. O quizá ya no tengo las ganas de ponerme a. O quizá, no sé, resulta que lo que importa no es tan importante. Entiendo que el Miguel del futuro se sentirá algo arrepentido de no haber dejado algo, el Miguel que quiera volver la vista atrás y no tenga más que unos cuantos días al año registrados. Sé que es un poco cabrón por mi parte, pero no puedo hacer mucho más que lo que hago. Todos hacemos lo que podemos.

El caso es que hoy han terminado con la boca, parece. No del todo porque aún queda un pequeño detalle, pero no desmonta el hecho de que ya tengo mi boca y de que, desde que empecé hasta hoy, han pasado cinco años.

El caso es que, yendo al caso. Sigo en el mismo trabajo. Pasaron muchas cosas con la música, muchas, y otras siguen pasando. No he escrito casi nada, no sólo aquí (cosa que salta a la vista) sino hablando de novelas, poemas y relatos. He perdido años ganándolos. Lo genial de registrar las cosas, canciones, novelas, poemas y relatos, es cuando lo hacen sin interferir en tu vida. Sin convertirse en tu vida. Pero soy un poco obsesivo, cuando empiezo algo se come lo demás.

He pasado por muchas temporadas de barbecho, y siempre ha sido más o menos igual. Se puede resumir en un enorme y preocupante "¿y ahora qué?". Y justo ahí estoy ahora. Ya no estoy haciendo canciones cada segundo de mi tiempo libre. Conocí músicos y los perdí, toqué en sitios y los perdí. ¿Pierdo oportunidades, despejo la cosa-vida para ganarlas en otra parte?

El fino equilibrio entre tocar porque te gusta y no tocar cuando no te gusta. Conocer a gente que toca para tocar con gente y buscar disfrutar tocando con la gente que tocas. Es horrible. Quieres tocar, quieres tocar con gente, y al mismo tiempo encuentras gente con la que no quieres tocar especialmente. Por un lado no quieres perderlos porque es la gente que conoces con la que tocar, por el otro… no quieres tocar con ellos. No quieres tocar solo, pero disfrutas tocando solo. No sé, no termino de comprenderme del todo. Esa es mi cruz, entiendo, supongo. Se me escapan entre los dedos oportunidades que no quiero pero que son las únicas oportunidades que tengo.

Da igual. Sólo quería decir esas dos cosas. Que hoy parece que termina un proceso horrible que empecé hace cinco años y estoy felicísimo por ello, y que me siento culpable por no querer lo único que tengo.

Te hace preguntarte muchas cosas. ¿Estás dándote excusas? No sé explicarlo muy bien. Hace ya cinco años. Soy otras cosas. Y lo que más me descorazona es que no sé si estoy siendo injusto conmigo mismo por preferir no hacer nada antes que hacer a desgana.

No termino de comprenderme bien. Y quiero. El caso es que quiero. ¿Me excuso a lo tonto?, ¿huyo? No puedo saberlo y, ¿a quién creo? ¿Pierdo oportunidades, despejo la cosa-vida para ganarlas en otra parte? ¿Qué es lo que estoy haciendo?

Medio año. ¿Cómo he permitido este medio año de olvido aquí?

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