Sylvain Schiltz murió de una hipotermia mientras dormía en su coche el pasado 23 de noviembre, en plena ola de frío en Francia. De no haber sido así, Schiltz se hubiera despertado, como cada día laborable en los últimos cuatro años, para ir a trabajar en una empresa de recogida de basuras.
Un empleo tan precario que no le permitía hacer frente por más tiempo al alquiler de su vivienda, de la que fue expulsado por impago tres semanas antes de su fallecimiento.
El caso de este soltero de 38 años, y de los otros seis vagabundos que perecieron en Francia a causa del frío en las mismas fechas, sacó a la luz el problema de los trabajadores de día y SDF (Sin Domicilio Fijo, como se denominan en Francia a los “sin techo”) de noche.
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Manda güevos y ostias que a los sin techo les llamen «sin domicilio fijo», claro, hoy un banco, mañana el cajero de una sucursal, pasado en el túnel de metro… Menos mal que Francia está a la cabeza de los potentados. Deberían mirar también las desigualdades dentro de los países ricos, encontrarían muchos kinder.