No suelo ver publicidad en twitter. Desde hace años cada vez que aparece una entrada "promocionada" bloqueo al usuario. Después de bloquear a tres o cuatro me desaparece la publicidad una buena temporada. Estos días, sin embargo, han cambiado algo y mi sistema no está funcionando demasiado bien, así que he visto unos cuantos promocionados. Todos ellos son gente diciendo comprame algo, sé mucho de esto. Nos estamos convirtiendo en eso, en modos de engatusarnos los unos a los otros. Aunque supongo que, de algún modo, siempre ha sido así. No puedo saberlo.
Pero me da un poco de sonrojo ver el modo en el que se ofrecen. Mitad timo, mitad limosna. Mitad te voy a salvar la vida, mitad sálvamela, porfa. Es raro estar enfadado y avergonzado a partes iguales.
Me pasa un poco con todo, quizá sea algo derivado por todo lo que estamos pasando en general y lo que estoy pasando yo en particular, no lo sé. Está mañana veía el video de Mesa para Dos de Lichis y Ruben Pozo y sentía un poco lo mismo. Y es cierto que cada cosa que leo, escucho o veo no me gusta, me parece vacía, mal hilada, forzada, repetida. De Luther guardaba un recuerdo tremendo y volver a ver la serie fue un palo, no me gustó nada. Esa mezcla rara entre violencia de niño malcriado e inteligencia fácil y mentirosa de sacar constantemente conejos de la chistera.
Es todo dinero. ¿No es algo cansino? Las series buscan dinero, los libros también, la música no menos que las demás. ¿No cansa sentir constantemente una miriada de manos que intenta desesperadamente meterse en tu bolsillo?, ¿no lo modifica eso todo?, ¿no hace mucho más fácil ver el artificio, romper la inmersión y el autoengaño necesario?
No lo sé. The last of us 2, sin embargo, me gustó. Quizá es que donde las estructuras y la técnica se están levantando es más fácil no caer en la repetición. Quizá es que no he jugado a los suficientes juegos como para detectarla. No tengo dinero, pero tengo un hartón tremendo de él.