El viernes fue relativamente bien. No fue una victoria, pero tampoco fue una derrota. Más de lo que esperaba.
Adoro los días tranquilos con la familia. No ha ocurrido nada especial, no recuerdas algo que haya sido un tocón que marqué el recuerdo en el futuro, pero todo ha sucedido. Es fascinante.
Los días tranquilos tienen la habilidad de llenarte de energía y confianza. La confianza es bastante rara de un tiempo a esta parte. Nunca está de más.