A veces las cosas… desbarran.
Año: 2020
cajita de emociones
Antes caminaba escuchando la radio, en lo actual. Me descolocaba de algún modo escuchar música o un podcast, algo que había sido grabado previamente, que no estaba sucediendo en ese momento. Escuchaba mucha política, tenía fuertes opiniones al respecto.
Ahora prefiero escuchar música. La música son emociones en lata con las que podemos experimentar de mentira. Las novelas son emociones en lata con las que podemos experimentar de mentira. Los relatos, los poemas, las series, las películas son. En este ciclo en el que estoy no me interesa lo inmediato porque en el anterior buceé demasiado y ahora me parece teatro, observar a gente experimentando cosas de mentira que terminan afectándote de verdad. Y ese juego de representación me pone cabrón.
artesano
Pero no nos perdamos. Hablaba en tristento de la idea de una especie de artesano, que parece que me tienta.
Un tipo ensimismado en lo que hace.
Me cuesta mucho menos aislarme cuando estoy liado con el teclado midi. Al fin y al cabo es aporrear cosas y luego escuchar, sentir lo que dice o no lo que acabas de hacer. No es necesario definir con palabras. Dibujar debería ser lo mismo, pero se me da mucho peor. En la música hay ruedines: los acordes, las escalas: puedes meterte en una red de seguridad en la que sabes que no te vas a estrellar. Con el dibujo estoy perdido y no sé darme un cierto marco de pre-existencia básica: todo es caos y carencia de parecido con nada.
Y con la escritura… pues eso, concepto, definición, palabra, verbo. ¿Qué historia voy a querer contar, si casi no me interesa ninguna? ¿De qué hablar? Todas las novelas son humanos interactuando, esa pelea. Y de esa pelea, precisamente y sobre todas las cosas, estoy harto.
Me gusta la idea de ese tipo encorvado sobre una mesa, haciendo algo con sus manos mientras las horas pasan a su lado. Quiero que esa idea viaje un poco, a ver a dónde lleva.