Antes caminaba escuchando la radio, en lo actual. Me descolocaba de algún modo escuchar música o un podcast, algo que había sido grabado previamente, que no estaba sucediendo en ese momento. Escuchaba mucha política, tenía fuertes opiniones al respecto.
Ahora prefiero escuchar música. La música son emociones en lata con las que podemos experimentar de mentira. Las novelas son emociones en lata con las que podemos experimentar de mentira. Los relatos, los poemas, las series, las películas son. En este ciclo en el que estoy no me interesa lo inmediato porque en el anterior buceé demasiado y ahora me parece teatro, observar a gente experimentando cosas de mentira que terminan afectándote de verdad. Y ese juego de representación me pone cabrón.