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sin nombre

Mi nueva muy mejor amiga

Estoy revisando la novela, parece que apunto a hacer algo realmente con ella. No sé. Los tres primeros capítulos ya están como los quiero (excepto un pequeño diálogo que no, no, no va…), los tres siguientes están sólo a falta de revisarlos despacico (fluidez, claridad, etc) y con eso se terminan, me convencen en líneas generales. Pero el último capítulo es horrible. Se nota que en Candeleda se me agotaban las vacaciones y quería decirlo todo en un pis pas, y claro, queda tonto. Además se me olvido rematar dos historias, una de Víctor el guardia de seguridad de Kutrecta y la otra del personaje secundario principal, que es una zorra y tiene secretos. A ver qué tal.

Luego está lo del nombre. Al principio se iba a llamar «El año que no follamos», porque era una continuación de una novela anterior, pero eso ya no. Luego «Sexo a través del espejo y otros posibles cuentos», que es el nombre de una exposición de fotografía que sucede en la historia, pero tampoco quiero dar una impresión equivocada, follar se folla pero no entro en detalles, que de eso ya tol mundo sabe.

La verdad es que no recibo nada como título en este momento. Qué putada.

Abandono aruba.it y lo hago por Red Coruña, espero que no sea muy traumático el cambio. Tengo ganas de hacer algo con el dominio perdiendo.org, pero tampoco sé el qué.

Nah, será el calor que atonta, yo qué sé.

(Sí, entrada de «hago cualquier cosa menos seguir con el curro», lo sé).

qué absurdo, mi reina

Canción en los youtubes, como no aparecen ellos no me da por mostrarlo. Así soy.

Déjame con mis recuerdos, con aroma a humo de flores, el chascar de los corazones cuando me decían «corta el vuelo». Y me ha sobrado el suelo para apagar soles que alumbraban mi mal camino: me da igual el güisqui barato que acabar borracho con el mejor vino.

El fuego del último trago, la violencia de mis ladridos. El cielo viene clareando, otro día en blanco tirado al olvido y te digo…

Qué absurdo,
mi reina que hoy sufre
por si ahogo mis penas respirando azufre.

Me ofrece sus besos,
ni muerto,
mirarte a los ojos es quedarme tuerto.

Prefiero mi huerto desierto.

Ahora llaman a mi puerta y no entiendo esa insistencia. Ojalá fuera la muerte con dos mil castigos, y no tu presencia que quiere salvarme la vida, aquella que bien malograste. Parece que muy pronto olvidas, te cubres de gloria y quiero recordarte: el desprecio de tu mirada, mi espalda a traición malherida arañando marcos de puertas, tu cuerpo en oferta me hundió en la bebida.

Que siga.

Qué absurdo,
mi reina que hoy sufre
por si ahogo mis penas respirando azufre.

Me ofrece sus besos,
ni muerto,
mirarte a los ojos es quedarme tuerto.

Prefiero mi huerto desierto.

Listea

los versos del hambre, sara m. bernard

los versos del hambre

No sé si me gustó del todo, no sé si está del todo bien escrito. Demasiado esquématico muchas veces, se intuye una tijera bruta de poda entre los párrafos de cuando en cuando.

Lo que sí sé es que está lleno de cosas que deben decirse, escribirse, leerse y rumiarse para recalentarnos. Para encabronarnos. Y que esta muy bien verte en otra parte de cuando en cuando, reconocerte en otra vida. No sé si por el mal de muchos, pero creo que no. Creo que es más bien por la rabia y el orgullo de muchos. Y porque te reafirma. Una cosa es lo que nos cuentan que la cosa es, y otra cosa muy diferente es lo que realmente es. No se nos debe olvidar contarnos lo que vemos antes de que nos volvamos idiotas del todo con lo que nos cuentan que estamos viendo. Esto es una guerra de percepciones, y tengo la sensación de que la estamos perdiendo. Y de que la perderemos y nos repetirán como loros «trabajo, formación, esfuerzo» y todos nos sentiremos culpables por estarnos muriendo de hambre por nuestra propia pereza. Y será culpa nuestra y así seremos definitivamente más maleables.

Y los cuatro locos que digan las cosas que se dicen en los versos del hambre estarán encerrados sin molestar en alguna tendencia intelectual irrelevante.

Pero eso aún no ha pasado. Hay que escuchar cosas como esta y mirar dentro a ver qué hay de cierto. Porque en este libro la verdad se mira dentro, comparando con lo que te ha pasado a ti.

Echadle un vistazo por un euro y casi nada en Amazon, la precariedad no se destruye, se transforma.