# perdiendo.org/museodemetralla

entraron en mi cabeza (201) | libros (20) | me lo llevo puesto (7) | pelis (2) | Renta básica (9) | series (6) | escasez (2) | frikeando (94) | arduino (1) | autoreferencial (11) | bici (1) | esperanto (4) | eve online (3) | git (2) | GNU/linux (4) | markdown (7) | nexus7 (2) | python (7) | raspberry pi (3) | vim (1) | wordpress (1) | zatchtronics (3) | hago (760) | canciones (157) | borradores (7) | cover (42) | el extremo inútil de la escoba (2) | elec (1) | GRACO (2) | guitarlele (11) | ruiditos (11) | Solenoide (1) | fotos (37) | nanowrimo (3) | novela (26) | criaturas del pantano (5) | el año que no follamos (12) | huim (5) | rehab (4) | poemas (356) | Anclajes (15) | andando (3) | B.A.R (7) | Canción de cuna para un borracho (38) | Cercos vacíos (37) | Cien puentes en la cabeza (7) | Conejo azul (6) | Contenido del juego (5) | De tiendas (3) | del pantano (3) | Destrozos (2) | Epilogo (4) | Fuegos de artificio (5) | Imposible rescate (15) | Jugando a rojo (7) | Libro del desencuentro (2) | Lo que sé de Marte (11) | Los cuentos (21) | Montaje del juego (5) | Orden de salida (4) | palitos (31) | Piernas abiertas (7) | Poemas medianos (12) | Privado de sueño (7) | rasguemas (5) | Tanto para nada (17) | Todo a 100 (2) | Uno (4) | relatos (97) | anatemas (9) | orbital (2) | prompts (8) | vindicaciones (103) | perdiendo (1.707) | atranques (1) |

la cosa-lío

No estoy a gusto. No sé exactamente por qué. Contribuye haber redescubierto a Inio Asano en la estantería. No soy lector de manga, lo que significa únicamente que no suelo comprarlo porque me llegó tarde e intento no comprar libros. Ayer terminé la relectura de los dos volúmenes de «La chica a la orilla del mar». Todavía no sé qué decir sobre ello.

Hoy he empezado, despacio, con «Solanin». Pero mi cabeza sigue en la historia de ayer.

Poses y conflictos adolescentes veteados y sostenidos por reflexiones existenciales que me llegan, me impactan, que no se describen tanto como se muestran. La historia me da igual, los personajes me dan igual, el dibujo me da igual, que sea Japón me da igual.

Pero la cosa, la cosa me vuelve loco como no lo ha hecho nada en muchísimo tiempo. No sé si el tipo es un genio o yo he perdido la cabeza. O si estoy entendiendo algo o sólo sintiéndolo —sin malentendidos aquí, de estarlo sintiendo estoy más que seguro. Empiezo a pensar, de hecho, que no he entendido nada en absoluto jamás. O al menos no muy a menudo—.

gira nacional de pequeñas metas y pájaros disecados

No es aburrirse. Yo no me aburro. Siempre hay algo interesante que leer, que ver o escuchar, siempre es interesante salir a caminar y ver cosas viviendo, no me cuesta ningún esfuerzo quedarme empanado pensando en algo, coger la guitarra y tocar algo, dibujar, trastear con el soldador y los sensores o con cualquiera de mis cuarenta mil ordenadores, jugar a algo, liarme con las plantas de la terraza. El tiempo no sobra, no tiene huecos. No, no es eso, no va sobre el aburrimiento. Es algo sobre las grandes metas, sobre la búsqueda de una y el empeño, supongo, en intentar alcanzarla. Ese tipo de fuerza inmaterial para llenar la piscina, para sumergirse en ella. Un tipo en inmersión es un tipo sin fisuras, con dobleces pero sin dudas.

Lo que sería escribir, pero me resulta tan horrible hacerlo que supongo que no es eso. O no todavía.

Hay una entrada en alguna parte de este museo, que habla de una peli de Will Smith y los objetivos de andar por casa, que es precisamente eso. No importa porque no la encuentro, aunque el que no lo haga no impide que esté (finalmente la encontré).

Ayer de una de las tejas de la terraza salió un pájaro muerto. Al intentar quitarlo el tacto transmitido por el palo de la escoba era el del corcho. Debe llevar años muerto dentro de esa teja, esperando su momento. Supongo que las salamanquesas que viven en ese mismo hueco tocarían donde no debían al entrar o salir y activaron el truco del resorte del cadáver momificado. Antes de comprender lo que era pensé que sería algún tipo de relleno aislante que habían movido para ampliar la vivienda. Las salamanquesas este año están especialmente gordas, especialmente activas, especialmente confiadas.

No podía sacarlo, estaba enganchado y no quería que sucediera algo macabro (como partirlo por la mitad, como arrancarle la cabeza, como), así que al final lo he empujado de nuevo para dentro de la teja.

Ahora, como sé dónde mirar, siempre que paso por allí veo su pico entreabierto. La vida es una verdadera capulla casi todo el tiempo.

no en silencio

Crear en el estruendo de conversaciones ajenas, de ruidos de motosierras o lo que sea es la diferencia entre estar solo y sentirse nada. La mayor parte de las veces, cuando estoy haciendo algo, me gusta comprobar que el mundo sigue fluyendo alrededor sin tener que prestarle ninguna atención, y eso es imposible en el silencio. Si hay ruido sé sin necesidad de fijarme en ello que todo sigue todavía sucediendo. Que no ha pasado nada.

Que estoy aquí en medio.