escribir
¿Debería volver a escribir? No lo sé. Me tienta. Pero lo pasé tan mal escribiendo "Huim" que me cuesta mucho trabajo ponerme a ello de nuevo. Me gustaría retomar el mundo que me costó tanto hacer, ese mundo uniforme del Consejo junto con los autoexiliados de la Suma a través de las cepas emigradas. No sé si lo voy a hacer o no, pero ya estoy dentrísimo.
Quiero quedar con gente, pero me cuesta estar con gente. He perdido una habilidad ahí que, realmente, no sé si tuve alguna vez. Yo creía que sabía relacionarme pero lo único que sabía era ser el centro de atención. Lo que pensasen los demás… pues ya si eso alguna otra vez. Me cuesta estar con gente. No sé si me dicen la verdad o si me están mintiendo esperando que comprenda algo implícito. No sé si les caigo bien. No sé si quieren estar ahí conmigo o si están y ya. No es que ninguno de esos temas me preocupen en exceso —me refiero a preocupación crítica, en otros rangos por supuesto que me preocupan—, es que no sé leerles y eso me intranquiliza. Tengo que concentrarme, me canso, me agoto y no termino de sacar nada en claro tampoco. Si es que supe alguna vez, ya digo, no sé en qué punto perdí esa habilidad de estar en el mundo rodeado por otros. Tanto con los grupos de música, como con los amigos, como con los compañeros de trabajo, como (aunque menos, bastante menos) con la familia directa. No sé qué están pensando, dudo de lo que dicen, dudo de lo que digo yo mismo, no soporto los silencios y los relleno con lo primero que me pasa por la cabeza. Es un juego extenuante y extraño en el que hay que conocer los pasos para continuar con el baile al ritmo de la música. Necesito que me rodeen y me intranquiliza que lo hagan al mismo tiempo. Una sensación nada agradable.
una tregua en alguna parte
Todo suele arrastrarse. "Todo sería mejor si no soliera irnos tan mal", decía en Un mejor lugar. Y es que es en cierto modo una constante, un ruido de fondo. Empiezas algo, lo que sea, y todo es rozamiento, freno. Me estoy quejando y seguramente no debo, pero por qué es tan difícil todo. Porque no, alguna vez, las cosas simplemente salen y siguen saliendo. Por qué todo cuesta tanto esfuerzo. Todo, siempre, todo. Un rechinar de engranajes, dificultad para mantener todo en movimiento, vayas a donde vayas, hagas lo que hagas, excepto si no haces nada.
No quiero decir nada en realidad, sé que de muchos modos tengo suerte y que. Es una queja nada más, un "ay" suspirado. Es que molesta, es que es constante, es que es siempre, es que a veces es muy muy cansado estar siempre empujando hacia delante, o hacia atrás, o hacia donde sea que me esté dirigiendo.