Después de tanto ruido
los cristales rotos
las piernas magulladas
la visión borrosa
la sensación de culpa
el arrepentimiento
—que mana, en sigilo,
desde la base del cráneo hasta
el espacio decisivo tras los ojos—,
el no saber qué ahora,
cuándo desde ahora, cómo.
Qué parte de lo posible se ha hecho imposible
y cuánto lo seguirá siendo para siempre.