Hamburguesas, panqueques, ensaladas, panchos, empanadas, jugos, helados, chocolates, tortas, pizzas, papas fritas, muzzarellas empanadas, milanesas, platos venezolanos, colombianos y asiáticos. Incluso compras en supermercados, donde me esperaban los rappi empleados con el pedido ya seleccionado y en una bolsa lista para entregar. Una casta superior al rappitendero, con sueldo fijo y en blanco, sin sudor pero contratado por la consultora Adecco. En diez días entregué 40 pedidos; recorrí cerca de 250 kilómetros en bici, casi lo mismo que ir desde Buenos Aires a Rosario. Gané 2300 pesos [53 euros] que todavía no me depositaron. Si alguno de la empresa está leyendo esto, apuren que tengo que pagar internet.
Emiliano Gullo, Capitalismo con tracción a sangre.