El problema es que somos POBRES y no podemos permitirnos la moral en nuestras decisiones economicas. Queremos todo BARATO porque ni aún así podemos llegar al día 20 de cada mes, y por ahí nos van colando los «intereses del consumidor» y lo que «la sociedad está demandando», y compramos en amazongo porque tiene la politica de devoluciones que necesitas cuando NO TIENES ni un duro de más, y en mencabrona aunque aniquile productores porque yo necesito comer lo mejor que pueda sin moverme un centímetro fuera de lo barato. REALMENTE necesito alimentarme para ganarme la vida. Compramos camisetas por cinco pavos fabricadas por gente que trabaja 413 horas al día, finiquitando más y más productores locales de paso, porque tenemos que cubrirnos las tetas con algo. Y todo el mundo cada vez paga menos al trabajador porque chico, tenemos que ser competitivos mientras se dan sueldazos, bonus y repartos de dividendos por lo bien que nos tienen atados a los remos. Y no pagan impuestos porque se facturan a sí mismos desde alguna parte en la que ya sean vestigiales, porque el HAMBRE es capaz de hacer que vendas la virginidad anal de tu hijo —los servicios a tus propios ciudadanos, por ejemplo— para llevar algo a la mesa, el HAMBRE es capaz de hacerte vender tu brazo para mantener vivo a ese mismo hijo media hora más; así que tráeme tu empresa, genera TRABAJO mal pagado y yo te doy tarifa plana de cotizaciones sociales. Nosotros no pagamos impuestos en condiciones porque no ganamos una mierda, y eso y lo anterior va erosionando lo público, horneando un pastel perfecto para que te expolien desde nuevos y emocionantes frentes, incrementando exponencialmente tu MIEDO a la vida al llenarte el suelo de AGUJEROS en los que es cada vez más fácil caer, vendiéndote formas de gestionar tu propia miseria para rebañarte lo que te queda en el plato al mismo tiempo que se exoneran a sí mismos al ofrecerte opciones. El que se ahoga en la mierda es porque quiere, todos los demás se esfuerzan y nadan en ella.
Somos conscientes de todo, no somos ciegos ni estúpidos, sólo POBRES. Lo ESTAMOS viendo, pero no podemos permitirnos incluir la moral en nuestras decisiones económicas. Lo único que podemos hacer es cruzar los dedos, cerrar los ojos y esperar que esta vez no nos toque a nosotros. Todo se irá más y más a la mierda hasta que no quede nadie más que ellos mismos con la capacidad de comprar las mierdas que producimos. Y entonces quizá roboticen lo que quede y nos permitan cavar una fosa antes de meternos dentro, echarle cemento encima y levantar un precioso memorial conmemorativo.
A nosotros, materia prima, producto y excusa, extenuados, impotentes y jodidos, dañados, estropeados, papilla, ya sólo nos importa que no sea hoy.
Siempre me acuerdo de esto.