Ayer terminé una novela de ciencia ficción de un autor español auto publicado, y he escrito una reseña horrible. No porque no sea sincera, sino porque es muy dura. Pero es que la novela me ha parecido una mierda pudiendo no serlo. Me he cabreado conmigo mismo porque no tengo derecho a colgar esa reseña en ninguna parte, ya que no es sólo descriptiva, sino también ofensiva. He intentado evitarlo de todos los modos posibles, pero… la novela es un desastre con errores tan burros que es difícil que hacer que la crítica no parezca un insulto simplemente con señalarlos. Hablo como lector, no como experto. En el lenguaje actual como consumidor de contenidos.
Hay tres cosas que no sé si he aprendido a utilizar del todo, pero lo intento:
- Hazte un mapa. Hay que hacerse un guión, una idea general, lo que a ti te sirva, detallado tanto como lo necesites. Y hay que hacerlo aunque después cambies la historia sobre la marcha, pero tienes que saber dónde estás o terminarás dedicándole quince capítulos a la chica que conociste un viernes en una novela que habla de museos. Por ejemplo.
- Poda. No todo lo que se teclea tiene sentido que termine en el texto. Lo importante es la historia, no esas 6k palabras que son una muestra de tu mejor prosa y que nunca vas a volver a conseguir. Tampoco puedes alargar dos mil palabras un capítulo porque entraba en tus planes una longitud y no otra.
- Se coherente. Hay que ser fiel a las normas que tú mismo te has dado al construir el mundo, la incoherencia en una novela produce una reacción similar a la que producen en un dibujo errores en la luz y las sombras y en la perspectiva. No es creíble. La coherencia es muy importante para que el cerebro trabaje completando la historia (no importa lo completo que seas, sólo sugieres).
Escribir jode, y no es fácil. No digo que no sea divertido, centrado y sabiendo dónde estás es como cuando puedes empezar a conducir sin tener que pensar en dónde está el acelerador y qué hay que hacer para accionarlo. Si los personajes explican demasiado no resultan creíbles (aunque creo que esto está más en función de las definiciones), si no lo hacen lo suficiente confusos (lo cual a veces es un efecto estupendo). Pero, hagan lo que hagan, que sean coherentes con las reglas del mundo que has construido. Las reglas pueden cambiar, por supuesto, pero no sin que pase algo que lo justifique.
Ahí tenéis el excelente consejo de un tipo que ha escrito cuatro novelas de mierda y una primera en primera persona y en presente que, sin embargo, es buena. Y eso que no tenía ni idea de lo que estaba haciendo. Pero claro que era coherente y tenía un mapa, estaba hablando de mi propia vida. También podé. Me hubiera gustado conservar lo que recuerdo que tiré.
Congelaré la reseña en modo de borrador. Al final cascarse un tochaco de 400 páginas y echar toda la carne en el asador para intentar vivir de escribir tiene su mérito. Y mi opinión es de todo menos informada. Y vete tú a saber, tan al principio quizá hasta le hace daño mi comentario, y eso no me lo quiero permitir. Haré una versión más light, más poética, más civilizada.
El lenguaje es un artefacto trampa, sus piezas pueden formar significados sin necesitar un significante. Porque coche, cenicero, habitacion en el medio de la noche con mi pantalón camiseta atrás. Rosas contra espadas, pero esa es otra guerra.