Lo mismo de siempre. Más de lo mismo. Sentado, mirando el techo. Pensando en nada, leyendo algo. Rumiando una fractura (siempre rumiando). La semana que viene me largo, bici en ristre, a Asturias. Allí creo que las noches son más verdes y los caminos menos pedregosos. Eso dicen. Un viaje, unas cervezas, guitarra por la noche.
Las cosas que giran y se inscriben en sus círculos (de sexo, amor, amistad, levedad, peso…) tienen la responsabilidad de ser algo. Más que nada, menos que todo. Las cosas que giran, inscribiéndose en sus círculos, son las únicas cosas que existen (en un eterno presente entronizado en la pérdida).
Lo mismo de siempre, siempre de lo mismo. Yo estoy esperando cambios, no sé si serán buenos o malos pero de que ya llegan no hay duda.
Me gustaría tener noches como esas, con guitarras por la noche…
(Se agradece, se agradece siempre tener el cariño de los que están contigo en cada momento, aquellos con los que tocas y tomas unas cervezas y aquellos que siempre tienen algo que contarte, o voluntad para escucharte siempre…)
Pues ese siempre me suena muy duradero, me parece que es mas bien efímero, y si no es efímero tampoco es duradero, al final aquellos con los que disfrutas esos momentos siguen sus caminos. No hay duda de que otros llegaran y haran los coros, pero igual, tambien terminarán yéndose.
No importa. Es así siempre, porque así son las cosas, todos nos terminaremos distanciando porque las cosas siempre separan. Pero importan los que están incluso cuando se van.