Era todo tan sencillo como todo lo sencillo que habíamos dicho que era todo.
Entonces dejó de ser tan sencillo.
Bah, nunca lo fue.
Nunca, por cierto.
Ya.
Uno más al olvido, como si hubiera una especie de agujero.
Un agujero que subsume y consume todo lo que puede ser posible.
Ese.