En este día me planteo algunas cosas.
Eso no es una novedad.
Medir la edad del universo tiene un condicionante claro. Según las teorías de Einstein la velocidad de la luz es la máxima velocidad a la que se puede desplazar cualquier cosa en el universo.
Por lo tanto si nos basamos (porque no nos queda otra) en la observación debemos ser conscientes de que sólo la luz a la que le haya dado tiempo a llegar hasta nosotros desde el principio de los tiempos será la que veamos hoy por hoy, y en eso basaremos los únicos cálculos posibles, 13.700 millones de años. Nada menos. Esperemos nuevas. Tenemos tiempo. Es lo único que tenemos.
Vivimos tiempos extraños. 24 mil millones de euros para Bankia (más miles de euros que miles de años del universo) no son un robo, son un proceso de la economía de mercado. Nueve carros en un supermercado para llenar las arcas de la beneficencia sí lo son. Es posible, en nuestro mundo, que un tipo se muera de hambre justo al lado de un Mercadona. No sé si ha sucedido, lo que digo es que es posible.
Un tipo puede verse arrancado de su casa, ver como entra en subasta y aún le queda una parte sin pagar que le queda como deuda, y al mismo tiempo a través de sus impuestos seguirá financiando a Bankia en forma del dinero público que hemos metido en ella. Eso siguen siendo movimientos del mercado. Cosas inteligentes de tipos más inteligentes que nosotros.
La propiedad es la que justifica todos los crímenes de la humanidad. Yo tengo esto, tú tienes que pagarme por ello.
El rescate de Bankia costará más que ocho expediciones a Marte.
Más que ocho viajes a Marte.
La FAO afirma que podemos sostener a una población diez veces mayor sin que nadie pase hambre, pero sin embargo la mitad de la población mundial, 3.500 millones de personas, pasan hambre.
Ponle cara a todos tus amigos, pónsela. Ahora imagínate 3.500 millones de personas si puedes. Yo no puedo. No soy capaz. Todos esos pasan constantemente hambre.
Los derivativos, un producto financiero especulativo, hoy por hoy ascienden a 480 millones de millones de dolares que no existen. No existen porque no hay una riqueza material que esté detrás sustentándolos. Esta cantidad supera 10 veces el PIB de la economía mundial, y 3.2 veces la riqueza mundial. Burbuja especulativa cortesía de los especuladores.
Es posible que todos se vuelvan locos y quieran cobrarlos al mismo tiempo. Eso nos mandaría a la mierda en un pispás. A lo mejor no son locos, a lo mejor se dan cuenta de que están invirtiendo en aire y quieren recuperar su dinero a la vez. Esperemos que no.
El 0.2 por ciento de la población (11.000.000 de gente que nos dice que les debemos cosas) dicen que controlan el 37% de la riqueza mundial.
A lo mejor tenemos que liarnos a ostias. Ellos tienen papeles que demuestran cosas.
Nosotros tenemos hambre, y somos el 99.8% de la población mundial.
Y ellos nos están matando de hambre en función de esos títulos de propiedad.
Ellos tienen papeles.
No quiero sumar, pero es muy fácil hacerlo.
Ellos nos están condenando a morir de hambre en virtud de no sé qué cosas.
Van a tener que contratar a mucha gente para defenderse.
Y no van a ser suficientes, aún así, porque somos el 99.8%.
O se reparten las cosas, o va a haber muerte. Va a haber mucha muerte (11 mil millones).
Y no pueden olvidar lo fundamental: nosotros no tenemos nada que perder. Ya estamos casi muertos. Muertos de hambre. Morir por nuestros descendientes es siempre más loable.
Marca el tiempo, pon el cronómetro en funcionamiento.
Tic tac.
Y contando.