Es verdad que hace mucho que no ando por aquí, pero es que a veces andar es cansado. A veces hay que abrazarse a un remanso o a cosas parecidas, porque a veces las flores marchitas son lo único que ves durante un tiempo y es justo lo que no quieres ver.
Pero a lo mejor en un esfuerzo ímprobo dejas de ver lo que siempre has visto y le tienes que dar una oportunidad nueva a las cosas nuevas.
Y en eso andamos.
Es verdad que las horas, y los días, y las cosas que suceden, y todo a tu alrededor es lo suficientemente cansado como para pegar un alto. Pero a veces un beso, o un roce, o una caricia, tiene más fuerza que el silencio que se descubre de dentro a fuera.
Elegir es, entonces, una delicia.