Bueno, ahí vamos. Siempre me he sentido un gilipollas recitando (perdón, declamando), pero me gusta la idea de ponerlo aquí.
[audio:archivos/5.mp3]5.
El café arde cuando
entras por la puerta y miras mi
pobre lengua abrasada
y con tus labios remedias
el fuego con fuego y la tristeza con
tristeza.
Tomas mi silencio y le respondes con
silencio mientras me cuentas
cómo fue el día en el
trabajo
y me preguntas cómo me siento
cuando me siento como ahora.
Te quiero por algo y te
abrazo y nos la suda
el mundo y nos vamos a la cama,
donde el calor vencerá al calor,
donde nos anudaremos hasta que venga,
impotente,
de nuevo la mañana.
5. De El pelo.
Libro segundo de El número de mi zapato me parece imbécil.